Un buen día, no recuerdo el contexto, mi gran amigo Iván espetó una frase que pasaría a la historia: "El destino es un hijoputa que juega con nosotros como si fuese Los Sims". Me marcó porque en ese momento debíamos debatir sobre cuestiones del azar que interfieren a la hora de pelar la pava, como el caso que paso a relataros.
Hace un par de fines de semana volví a ver a una chavala con la que estuve saliendo. ¿Damos datos? Total, vergüenza es robar y que te cojan -por cierto, a ver si me lo aplico-. Se trata de María José, que no la veía pues... desde hacía dos años y medio. Pero mejor volvamos al pasado, cuando salíamos. Corría el otoño de 1.999 cuando Bárbara, empeñada en buscarme novia, me presentó a María José. Supongo que le habría hablado mucho -y muy bien- de mí, porque el día que nos conocimos me obligaron a faltar al entrenamiento, que por cierto yo no faltaba nunca, y a que le pidiese salir... patético. En fin, que ese día comenzamos nuestra relación. La verdad que la cosa al principio iba muy bien. Me gustaba mucho y era una tía inteligente que tenía las cosas muy claras, pero al tiempo de estar saliendo me aburrí porque siempre hacíamos lo mismo: quedábamos los viernes en una plazoleta cerca de su casa y luego nos veíamos el sábado para salir por las noches. Por cierto, antes de conocerla yo no bebía y me eché a la mala vida por ella, que era bastante mollatosa. Ahora supongo que la habré superado... porque podría rellenar otro blog sólo con mis andanzas con alcohol de por medio.
Al grano que me pierdo. Me aburrí. Además me llegaron cosas al oído de que en un camping se fue con dos alemanes a la vez a hacer guarreridas españolas, y cuando yo le cogía el culo a veces me quitaba la mano... pero esa no fue la verdadera razón de por qué lo dejamos. Me gustaba mucho, pero me aburría con ella, que por cierto dio poco de su parte. Nos solíamos ver los fines de semana, pero ella se fue a estudiar a Madrid y yo a Málaga y dejamos de vernos.
En verano de 2.001 la volví a ver. Fue en una pinchitá en la playa y nos saludamos. Yo tenía esa cosa ahí de que no hubiese pasado nada más entre nosotros, pero en esa ocasión yo tenía novia. La verdad que estaba muy bien con Sarah y ni siquiera se me pasó por la cabeza que pudiese pasar algo, pero ahí estaba la cosa. Cuando acabó ese verano Sarah me dejó, y en Navidades de ese año vi a Carmen, que hizo muy buenas migas con María José. Quedamos varios días todos para tomar algo, pero María José no apareció.
El tiempo, inexorable y otro hijpouta como su amigo el destino, volvió a pasar hasta que llegamos al verano de 2.004. De nuevo tengo novia, esta vez Elviri, y... ¡sí!, vuelvo a ver a María José. Fue en la fiesta de la piscina que hizo Juan en la casa esa que la iban a vender. Estaba literalmente tremenda, y por lo visto le preguntó a esta gente por mí, que yo estaba muy bien, tal y cual... pero es que ella estaba tremendamente mejor. Elviri no fue a la fiesta porque se fue a la feria de Málaga, por lo que los pensamientos impuros invadieron mi cabeza, pero no pasó nada. Yo soy fiel... y Elviri me dejó en noviembre de ese mismo año.
No sé si habréis captado ya el motivo de este artículo dedicado al destino. De nuevo avanzamos en el tiempo, esta vez a Navidad de 2.006. Juan organizó una cena a la que iba a venir gente que no había visto en años, como Zeque o la propia María José, pero ella no hizo acto de presencia. Sin embargo, hace un par de semanas estando en el Zanzíbar la vimos. Iván la paró y nos pusimos a charlar. Cuando la vi de frente me quedé literalmente pasmao porque estaba guapísima, con un traje que le sentaba de puta madre a la tía. Total que nos contamos nuestras vidas y según Iván me la estaba comiendo con la mirada, cosa que no niego. Pero entonces mis peores sospechas se ratificaron. Era lógico, yo no tenía novia, pero esta vez era ella la que tenía pareja. Maldito cabrón el destino...
5 comentarios:
Ya que te has molestado en leer este comentario, déjame uno que me hace ilusión.
Moraleja:
El día que la trinkes,no veas si la vas a coger con ganas.
Ainsss el destino...:P
La cuestión no es trincarla, es que coincidamos que los dos no tengamos pareja :P
Pues por ahora vas ganando tu, porque de no sé cuantas veces que tu has tenido pareja, cuando la has visto... ella sólo tiene novio esta vez.
Así que el caso está resuelto.
LA CULPA SIEMPRE LA TENEIS LOS HOMBRES :p
Teskiereíya :P
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